Este que llamas ídolo
quien te enseña
los ecos las palabras de otro mundo posible
sabe también de ortigas y lagartos
y mientras vas tallando su figura de tótem
y nace de su sombra otro espejismo
royendo está la muerte su madera
porque aún eres joven
algo cierto descubres tras su vida
ojeras cicatrices tras el humo
que da cobijo a su silencio
acaso haya razón en tus palabras
y si fuera posible nacería
de nuevo para ser ese horizonte
en que piensas y tú la mar sin olas
tú el ángel y la música a que asirse
cementerio de todos sus fracasos futuros
huye de falsos dioses
pues tu tristeza es sólo tuya
con tu alegría en cambio vence al mundo
Totem, fotografía de ambery en flickr bajo licencia CC
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