domingo, 13 de febrero de 2011

Café Hijón


A los amigos de Heliópolis

Muy lejos caen la euforia y el tipismo
o más cerca de todo lo que un ebrio don de adivino nos revela
hablamos por hablar sin confianza
todo está escrito y dicho a las tres de la tarde
más juego al corro de decir nuestros nombres y nuestras profesiones
con la sonrisa oblicua acaso equivocado
aburrido más bien cuando las caras son otra vez las caras pero nunca las caras
nunca la misma posición ni igual el gesto

mismas mañanas de café y el sol distinto de nuestras posiciones
son las tres de la tarde cuando empieza este día
de trucados horarios soy vosotros y yo
da gusto encontrar algo que me arraigue en el suelo con codicia
que nos redima y nombre y nos enlace
a lo que estamos siendo
hoy el colonizado hoy el encomendero
hoy el carmín y el tintineo estético de vuestras tragaperras
hoy la camisa a rayas y el zurcido
mañana acaso letra bajamar o memoria
pues nunca os había hablado y os conozco
nunca estuve estuvimos citados y os conozco
no hay soledad que no nos sea al fin reconocible
soy lo que hacéis de mí reconocidos tránsfugas del tiempo
aquí que todo olvido y en todo permanezco
sobre las mesas sucias como historias de amor
que son la descripción del plano

interior día
llueve y busca una línea su infinito
cuatro cinco seis grises siluetas que se hablan
por la izquierda entra en cámara una escoba silbante y sinuosa
(y simboliza si queréis el Tiempo)
la escoba barre el asco o lo acostumbra
sobre pieles de gambas lo insinúa
tras todas las caras de esta escena de un café sin noticias
barre serrín escribe
la lluvia y borra los insomnios
borra también la omnipresencia de esa mujer que no nos quiso
zoom sobre las arrugas de los profesores

esta fidelidad ¿hay cosa más extraña?
este aceptarnos y morir junto a nuestros engaños
callando aunque no casen
los nombres con los cuerpos y los espejos con mis espejismos
este volver aquí como si nada y nadie fuese absurdo
juzgados por un cuadro de Felipe IV a caballo por Velázquez
(la escoba también barre fuera de campo el tiempo)
pero ¿qué tiene de justicia
la mayoría de las veces ser distinto
acaso no he llegado a donde todos
me han traído no soy sino uno de todos
a las tres de la tarde del presente?

bárreme que no importa que te manches
me estoy sintiendo yo también muñeco apunte sucio
yo enamorado tejedor de libros
caer tejido de mi propia angustia
sobre la telaraña que es el miedo y el tiempo y los recuerdos
como quien ha comprendido a unas tres de la tarde de un día como éste
su café sin sonrisas sin reconocimientos
muy lejos de la euforia y el tipismo
tan cerca como un ebrio don de adivino ha estado revelándole














Cafe, fotografía de iansand en flickr bajo licencia CC


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