Yo no puedo evitar que me devores
si compañero me has querido y puedo
llamarte por tu nombre tengo miedo
de manchar el estiércol de tus flores
pero me alcanzas entre los mejores
fracasos de mi vida y te remedo
olvidando el armario en que me quedo
comido de recuerdos y alcanfores
existes porque estás en mi cintura
hormigueando como comadreja
hasta unos límites casi prohibidos
y estás en las paredes a la altura
de este recuerdo atroz que no me deja
sobrevivir a todos tus olvidos
Ombligo, fotografía de kodakhrome en flickr bajo licencia CC
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