Ya no quedaba tiempo me marchaba
un horizonte trunco en el bolsillo
las maletas el vino y un cepillo
de dientes para espanto de mi baba
cada volcán me regaló su lava
y yo vertí mi sangre en tu cuchillo
esclava sangre insoportable anillo
de tu mano en mi angustia que se clava
me marcho pierdo y el temor de lejos
que en tu cara confundo con tu boca
llevo a traición al borde del olvido
atrás la cama muerta los espejos
la escarcha de tu risa tu sed loca
como metáforas de lo perdido
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